Deseos individuales, esfuerzos colectivos y la protección de los derechos humanos de las infancias diversas

 Existen en el mundo muchas personas que deseamos vivir en un mundo mejor, que nos damos cuenta de los muchos problemas que nos aquejan como humanidad, y los muchos particulares de la sociedad en que vivimos, siendo seres empáticos nos duelen estas situaciones y a veces nos toca vivir en carne propia alguna de ellas. Estos deseos activan en nosotros las ganas de tomar acción, de hacer algo para mejorar, para nosotros mismo y para los que nos rodean, vamos tomando mayor fuerza y buscamos lograr un mayor impacto en nuestra comunidad, para cambiar aquello que es necesario.

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 Al compartir nuestros deseos nos encontramos con personas que buscan y desean cosas similares, ayudar a otros, mejorar situaciones de vida, contribuir a conseguir una mejor calidad de vida para todos, y es ahí, cuando trabajamos con otros, que nuestros esfuerzos comienzan a tener ese gran impacto.

 De esta forma, organizándonos con otros, es que nacen las organizaciones de la sociedad civil, como Yumana, un grupo de personas con una fuerte convicción de lograr un impacto social positivo en la vida de niñas, niños y adolescentes de la diversidad sexual y de género y sus familias, a través de valores como el respeto, la aceptación y la empatía.

 Este trabajo conjunto es muy importante y necesario y tiene ese impacto en la vida de niños y niñas que se sienten diferentes y tal vez asustados al encontrarse y sentirse distintos, que, con la ayuda adecuada, con la guía y el cariño de sus familias y entornos cercanos pueden crecer saludables, sin sentir que algo está mal con ellos porque no es así.

 Dar importancia y voz a las niñas y niños es algo que empieza a suceder recientemente, al reconocerse a los niños como seres humanos sujetos de derechos. El primer instrumento internacional donde se hace este reconocimiento es en la Convención de los Derechos del Niño y a partir de ahí la forma de concebir a las infancias se transforma, la UNICEF nos dice que “a partir de este tratado, niños y niñas ya no se consideran propiedad de sus padres ni beneficiarios indefensos de una obra de caridad; son seres humanos y los titulares de sus propios derechos.”


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 Ahora entendemos que nuestros niños y niñas tienen voluntad y capacidad de tomar decisiones, en su justa medida y de acuerdo a su desarrollo, asimismo, merecen una guía adecuada para poder desarrollarse plenamente.

 Tania Montserrat Granados, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, señaló en el marco del festejo del día del niño en el 2017, para el boletín UNAM-DGCS-289: “Se ha cometido el error de no ver a los niños y niñas como actores importantes en la búsqueda de una solución a sus problemas, y tampoco los creemos capaces de enfrentar los retos que les impone su realidad. “De hecho, durante años se ha visto a la infancia como pasiva, sólo receptora de lo que los adultos hacen o crean para ellos, y que transitan por ahí como si no fueran agentes de cambio”. Y nos recomienda “En la familia, en la sociedad y en las instituciones debemos respetar sus derechos, dejar de ser adultocéntricos, cambiar la forma de relacionarnos con ellos, escucharlos e incluirlos en las prácticas cotidianas. Tenemos que abrir espacios más respetuosos y reconfigurar las relaciones sociales en donde cada persona tenga voz para generar cambios”.

 Al hablar de infancias de la diversidad sexual y de género puede haber mucha controversia, podemos caer en arraigadas prácticas de no tomar en cuenta los deseos, las expresiones y la voz de las niñas y niños, imponiendo esta visión adultocentrista en el asunto de cuándo las personas pueden darse cuenta de su homosexualidad, situación que se complica con las infancias trans y las infancias intersexuales.

 Aquí depende del desarrollo de cada persona, ya que estamos hablando de sexualidad, entendiendo que es única en cada individuo, sin dejar de lado aspectos biológicos como culturales.

 En este camino de respetar los derechos humanos de las infancias, aún hace falta mucho trabajo, de nuestros sistemas de gobierno, de nuestros sistemas sociales y culturales. Falta entender los derechos humanos en general como inherentes al ser humano, que los tenemos por el solo hecho de ser, y nadie debería tener la posibilidad de vulnerarlos. En específico sobre los derechos de los niños y niñas, es prioritario conocerlos para respetarlos.

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Estos son los derechos de los niños que se reconocen en los tratados internacionales y en México

1.      Derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo;

2.     Derecho de prioridad;

3.     Derecho a la identidad;

4.     Derecho a vivir en familia;

5.     Derecho a la igualdad sustantiva;

6.     Derecho a no ser discriminado;

7.     Derecho a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral;

8.     Derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal;

9.     Derecho a la protección de la salud y a la seguridad social;

10. Derecho a la inclusión de niñas, niños y adolescentes con discapacidad;

11. Derecho a la educación;

12. Derecho al descanso y al esparcimiento;

13. Derecho a la libertad de convicciones éticas, pensamiento, conciencia, religión y cultura;

14. Derecho a la libertad de expresión y de acceso a la información;

15. Derecho de participación;

16. Derecho de asociación y reunión;

17. Derecho a la intimidad;

18. Derecho a la seguridad jurídica y al debido proceso;

19. Derechos de niñas, niños y adolescentes migrantes, y

20. Derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e Internet.

 Los derechos que cobran mayor importancia para las infancias de la diversidad sexual y de género son el derecho a la vida, derecho a un sano desarrollo integral, derecho a la identidad, a vivir en familia, derecho a no ser discriminado, derecho a vivir en condiciones de bienestar, derecho a una vida libre de violencia, sin dejar de lado los demás que también son muy importantes.

 Todos estos derechos que se resaltan son los que muchas veces se vulneran con mayor facilidad y no son respetados debido a los estigmas y prejuicios que se ejercen contra las infancias diversas, por los mismos niños de su edad, así como por adultos. Y no solo esto, en algunos casos se llega a episodios de violencia en todas sus formas debido a estos prejuicios y falta de información.

 Los esfuerzos conjuntos que se realizan por organizaciones civiles como lo es Yumana, son de suma importancia, para mitigar estas situaciones, y eventualmente prevenirlas y erradicarlas, haciendo las vidas de nuestras niñas y niños diversos mucho mejores, haciendo que disfruten plenamente esta etapa de la vida con todo el cariño que se merecen de sus familias y entornos cercanos.

 La existencia de una institución que se dedique a la atención de las infancias y adolescencias de la diversidad sexual y de género es algo novedoso y recalcando, muy importante, ya que se atiente a una población que está desatendida y se lucha por la protección y respeto de sus derechos.

 El amor es para celebrarse, para disfrutarse, para sentirse, primeramente, el amor propio, todos merecemos este respeto y aceptación y siendo niños, que apenas estamos construyendo nuestras personalidades, sentir ese respeto, cariño y aceptación de nuestras familias ayuda a desarrollarnos como seres humanos sanos y amorosos que desean también dejar el mundo mejor de lo que lo encontraron, mostrándonos solidarios y empáticos, realizando esos esfuerzos conjuntos que cambian el mundo.

Sigamos trabajando por construirnos un mundo mejor para vivir.

Nayely Rangel Martínez

Fuentes

https://www.cndh.org.mx/derechos-humanos/derechos-de-las-ninas-ninos-y-adolescentes

https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2017_289.html

https://www.unicef.org/chile/los-ni%C3%B1os-ni%C3%B1as-y-adolescentes-tienen-derechos