#2: "Tejo como la abuelita” orgullosamente

 Yohei Sakai "el Café Japonés" es profesor del japonés, director coral y activista LGBTIQA+. Es originario de Japón y actualmente vive en la CDMX. Es fundador y director titular del Coro Yolizcuicatl, un coro comunitario para mujeres y diversidad LGBTIQA+. Además, recientemente fue nombrado como embajador de Yumana, A.C.


“Mira, me salió muy bonito, ¿no?” (con un movimiento y tono muy "de niñas")

“Yohei, no hables así, suenas a una niña.”


 Tal vez este fue el primer momento que recuerdo respecto a mis expresiones de género... Tenía tres años. Sinceramente, no me acuerdo ni del contexto ni qué dije exactamente. Pero recuerdo que sentí la necesidad de modificar mi forma de actuar.

Nunca fui un niño ni un hombre típicamente “varonil” en mi vida. Siempre prefería jugar solo en casa con mis figuritas o jugar con las niñas de la vecindad a jugar fútbol con otros niños. De hecho, fui tan malo en deportes que nadie quería tenerme en su equipo en las clases de deportes. Para un niño, ser bueno o malo en deportes puede determinar cómo vamos a pasar la vida escolar. Siempre me sentí menos hombre. Siempre andaba con mucha inseguridad. Por eso, me acuerdo de los seis años de primaria con mucho conflicto emocional.

Este “ser varonil” siempre ha sido una fuente de conflicto para mí. En mi adolescencia, había algunas personas que se burlaban de mí por ser más femenino, luego ya siendo abiertamente gay, encontraba muy frecuentemente esa famosa frase “No fat, no fem, no Asians (no gordos, no afeminados y no asiáticos)” en las aplicaciones de encuentro para hombres gay cuando vivía en Canadá. Era inevitable sentir que yo no podía ser atractivo.

Pero nosotres como humanos, siempre estamos aprendiendo y cambiando. El miedo de ser “afeminado” que tenía el joven Yohei se empezó a ir, porque tal vez ya estaba muy cansado de tener que fingir que me gustan y no me gustan ciertas cosas solo para encajar en las expectativas de la sociedad. Tal vez empecé a aceptar mi forma de ser gracias a las informaciones y opiniones de generaciones jóvenes en las nuevas redes sociales.

Y tal vez, en esta nueva etapa de mi vida aquí en México, tenía mucho sentido que quisiera iniciar un coro que se enfocara no solo en el apoyo a mi querida comunidad LGBTQ+ sino también en las mujeres en general. Les he dicho algunas veces a algunas personas de mi coro: quise crear un espacio seguro para estas poblaciones que sufren violencia, pero que también, sin que yo supiera, había hecho este grupo para mí mismo porque el coro se ha convertido en un lugar donde puedo disfrutar la música sin que me juzguen de que sea menos “hombre”.

Un cantante/artista japonés y queer de los 70s y 80s dijo una vez que el arte existe más allá de lo hombre y mujer. Era un artista abiertamente queer en la época que existía mucho menos aceptación y conocimiento sobre nuestra comunidad. Su sabiduría seguramente viene de su vida de enfrentamiento a los rechazos por ser diferente, por eso yo creo en lo que dice: y tal vez por eso, la música y el arte en general han sido una parte importante de nuestra resistencia y cuestionamiento a la heteronormatividad binaria.

Seamos quienes somos. Que sea hombre, mujer, afeminado, varonil, no binarie, género fluido o todo lo que existe entre estos términos, en fin, todos somos seres humanos. Nos merecemos disfrutar lo que nos gusta sin ser juzgados. Yo, gracias a haber llegado a esta edad con menos vergüenza, ahora tengo nuevos hobbies que disfruto al máximo aunque socialmente se consideran “femeninos”. Así que, si ves a un hombre asiático que teje en un vuelo, a lo mejor ese soy yo…


Yohei Sakai