Lo que soy: una mujer bisexual

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 Me di cuenta que era bisexual cuando me besó una amiga que es lesbiana y sentí que me gustó. Durante la secundaria yo no sabía que era de diversidad sexual y nunca me había llamado la atención alguien de mi mismo sexo hasta que sucedió e igualmente en la preparatoria no estaba interesada en mujeres, pues yo estaba en una relación heterosexual en la que me sentía muy bien.

 Creo que nunca tuve temores por mi orientación sexual al incorporarme al ámbito laboral, más que los propios al llegar a un espacio nuevo, no conocer nada ni a nadie, pero en relación con mi orientación, nunca he sentido algún temor, solamente se sorprenden y me dicen que “no creían que fuera lesbiana”, sin embargo, no me he sentido discriminada en algún otro sentido.

 Decidí salir del clóset con mi familia porque ya tenía dos años de relación con mi novia y me preguntaron acerca de mis “preferencias”, algo que nunca habían hecho, por lo que creí que era el tiempo adecuado para hacerlo. Aun así, me siento más cómoda de ser yo misma con mis amigos. La mejor experiencia que tuve fue el poder autodenominarme como lo que soy, una mujer bisexual, que no tiene miedo a sentir y amar sin algún prejuicio o miedo. Me sentí más tranquila por revelar a mi familia el secreto sobre quién soy.

 Una de las experiencias más importantes con mi novia fue nuestro primer viaje juntas, en el que teníamos que interactuar con gente que no conocíamos, puesto que fuimos en un tour y tuvimos que salir de nuestra zona de confort y hacernos fuertes para soportar miradas y posibles juicios morales. Además, tenemos una buena relación, nos ayudamos cada una a respetar y darles su tiempo a la familia que no están de acuerdo con nuestra relación, sin embargo, no dejamos que eso interfiera con nuestras decisiones de pareja.

 El momento más difícil fue cuando les dije a mis papás sobre mi orientación sexual, porque fue difícil al ser la única en mi familia con diferente orientación, pero aun así ha sido un proceso que ha tenido más momentos enriquecedores que crueles. Pienso que me hubiera gustado poder tener más información desde pequeña para no haberme cuestionado con miedo si en realidad podría interesarme en mi propio sexo para una relación sexo-afectiva. Los prejuicios que más me han afectado es cuando dicen que no podré ser feliz porque no podré tener hijos y que no podré realizarme como mujer.

 Si pudiera hacer un reclamo social a las personas heterosexuales es que, no puedo generalizar, pero les pediría que no repitieran modelos heteropatriarcales, que lean, que se informen sin juicios morales y, sobre todo, que dejen vivir a las demás personas como quieran, siempre y cuando no dañen a terceros.


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 A los niños y niñas LGBT+ les diría que primero se amen y respeten tan cual son, que no nieguen lo que sienten y amen sin miedo, después que estudien mucho, que acaben su universidad, ya que ese será su plan b si su familia y seres queridos no los apoyan para tener una vida digna y estable económicamente, por último, tener paciencia y dejar que la vida los sorprenda con la persona correcta, porque llegará y valdrá la pena todo el rechazo, discriminación y miedo que tuvieron que pasar.

 Por último, quiero agregar que tengo una vida que me gusta, agradezco a mis padres, que me dieron las herramientas adecuadas para poder hacerle frente a un mundo capitalista y machista, además de mis padres están mis amigos y mi formación académica humanista, con lo he podido darle la vuelta y hacer una realidad más a mi forma, darles importancia a las personas, a los momentos, a mi desarrollo intelectual y espiritual.  

Dunechka