Tomo mi lugar y me hago visible
Por
dignidad más que por orgullo. Porque he trabajado mucho en desaprender y vivir
sabiendo que merezco lo mejor, ni más ni menos que nadie, porque muchas veces
solté mi lugar por miedo, culpa y vergüenza.
Tomo mi lugar para ser visible porque los
prejuicios y estigmas siguen siendo muy fuertes. Hay días que abro cualquier
red social y me encuentro con comentarios LGBT fóbicos, discursos que dividen y
confunden aún más porque esos discursos vienen de “líderes” o personas que
manejan masas en los que muchas personas siguen poniendo su fe y confianza
ciegamente. Nada más alejado de la congruencia. Si supieran lo que vivo en los
procesos de acompañamiento como consecuencia de estos discursos de odio
disfrazados de religión lo pensarían dos veces antes de mandar mensajes de
rechazo.
En cuanto a la tan sonada ideología de género y
la enorme controversia que se ha desatado en torno a la película “Lightyear”, lo
único que quiero mencionar es que yo crecí y me formé en un entorno absolutamente
heteronormativo y no soy heterosexual. Que
si se pudiera ejercer una influencia real en las personas a través de
representaciones en la pantalla, no existiría la comunidad LGBTQ ya que las
parejas e historias que abundan en series y películas han sido siempre
heterosexuales. Es momento de tener visibilidad en pantallas. Nadie se va a ”convertir”
en nada porque vivir una orientación sexoafectiva o una identidad de género
diversa no es una elección.
Es evidente que las personas que se escandalizan
por un beso o una historia de amor de una pareja de lesbianas en una película
de Disney son las que desde la ignorancia y el estigma sexualizan una
orientación sexoafectiva entonces dejan de ver una relación en la que hay
emociones, sentimientos, ilusiones y mucho amor, lo mismo que se vive en una
heterosexual. Y que es tan válida como cualquier otra. Con estas
historias en pantalla lo único que se pretende es tener representación,
visibilidad y referentes positivos de la comunidad, que mucha falta hace.
La diversidad sexual y de género existe y ha
existido siempre, otra cosa es que nos invisibilicen.
Ser visible para permear con mi
testimonio. Porque los estigmas y prejuicios que se tienen de las
lesbianas no me representan. Porque me vivo con los mismos valores y principios
que tuve en mi núcleo desde el día uno. Apenas hace unas semanas me tocó estar
en una mesa en donde se refirieron a nosotros como “desviados”. ¡¿Es
en serio?! Y se dijo frente a mí sabiendo que yo soy parte de la comunidad diversa.
Estoy segura que fue desde la desinformación sin ánimos de lastimar, pero es
justamente eso, reeducarse, desaprender y tener ganas de abrirse a una realidad
que puede estar más cerca de lo que se cree. No sabes si en tu mesa familiar hay alguien que tiene
miedo a hablar por escuchar tus comentarios, puede ser tu propio hijo. Otro
gallo cantaría si dejáramos de asumir que todos nacemos heterosexuales.
Elijo ser visible y ser referente porque no
sabes a quien puedas impactar. Porque sigue habiendo mucho miedo a salir del
clóset. Todavía vivo situaciones que me siguen doliendo. Tengo conocidos que no
pueden hablar de quienes verdaderamente son por miedo al rechazo en su propia
familia y las agresiones sociales. En las escuelas sigue habiendo bullying por
tener una expresión de género distinta a lo establecido. Somos capaces de
negarnos con tal de recibir amor. Insisto en que ser LGBTQ no es por
elección, ni se puede cambiar, ni es enfermedad, ni es una moda. No hay nada que
curar, nada que cambiar. Lo que se elige es vivirse en congruencia y lo que tú
como amigo o familiar eliges es aceptar esta verdad o no. Pero no porque no lo
aceptes va a dejar de existir.
¿Crees que alguien elegiría un camino lleno de
prejuicios estigmas y rechazo? ¿Elegirías una realidad en la que día a día
estás teniendo que cuidarte de “no incomodar” por tu presencia? ¿Cuántos
llevan una vida cargada de depresión por la imposibilidad de abrirse hasta con
su propia familia? Vivir negándote a ti mismo por miedo a ser agredido,
rechazado. Porque hasta un chiste en la
mesa te hace sentir vergüenza e incomodidad ¿pero cómo? si “sólo es un chiste”
y es así que siguen permeando los estigmas y se es parte sin siquiera darse
cuenta.
Afortunadamente soy muy privilegiada y aunque mi
proceso, el de mis hijos y el de mi familia tuvo sus tintes, hoy me siento
profundamente amada y recibida. Y no sólo yo, también tiene un lugar Paulina,
mi pareja. Todos hemos crecido y nos hemos dado la oportunidad de reconocernos
y respetarnos. De aprender y desaprender. Reconozco la apertura que tuvieron a
ver más allá de una etiqueta. De verme completa como Ángela. Sentirme amada
en mi núcleo ha hecho toda la diferencia y tener esa oportunidad me da la
fuerza para tomar mi lugar en el mundo, ese que todavía sigue dividido.
Necesitamos referentes positivos, hacernos
visibles. El orgullo no sirve si no creemos que merecemos y somos dignos por el
simple hecho de existir. No debemos caminar en el mundo con vergüenza ni culpa.
Por eso, a ti que eres parte de la comunidad
diversa te digo: TOMA TU LUGAR, hazte visible que de eso va la dignidad. Vívete
tan bien que tu vida sea un testimonio de congruencia, de lo que sí es ser
LGBTQ a pesar de lo difícil que esto pueda llegar a ser y que muestre que ser
del colectivo no tiene nada que ver con las falsas creencia que se tienen.
No te pierdas de la vida de tu hijo, hermano o
amigo por mantener una postura que te impusieron desde lo sociocultural.
Revísate y observa si te vives desde un automático sin cuestionar lo que
realmente piensas; tal vez conoces a alguien con una orientación
sexoafectiva o identidad de género diversa que te esté haciendo replantear tus
prejuicios.
Abraza la diversidad, en ella está la riqueza.
Ángela Garza